
Hace falta pasar por momentos no tan agradables para aprender cosas para toda la vida. Hoy aprendí que no porque algo sea diferente quiere decir que sea malo, ni porque yo sea como los demás estoy bien.
Nuestra vida no puede tener un punto de diferencia basado en el resto de la sociedad, sino en lo que mis valores y principios me dicten. Algunos tiene como ejemplo su religión, otro un modelo a seguir en el hogar, incluso hay personas que tiene su propia ideología de vida. Sea cual sea nuestra manera de sobrellevar este sube y baja que llamamos vida, tiene que ser de la mejor manera posible, en la que nuestra mente, alma y corazón estén en una misma sintonía.
Aprendiendo a no buscar cosas que en vez de felicidad nos van a traer preocupación y posiblemente quedemos peor que cuando inició nuestro afán por conseguirlo.
Tenemos que aprender a amar lo que somos, por el simple hecho de que es lo único que tenemos, que no hay más que eso, amarnos porque no somos como los demás,y que eso no nos hace malos, sino diferentes.